Los niños tienen un deseo natural de colaborar, de ayudar a mamá y papá. Seguro te has fijado que cuando estas en la cocina ellos entran, hacen preguntas, se quieren involucrar, pero en ocasiones nuestras prisas no nos permiten ver que detrás de algunos embarres y uno que otro desorden y derrames lo que hay es un niño deseando con todo su corazón ayudarte, aprender a hacer lo que mamá o papá hacen y con un “sal de la cocina”, “tú no sabes”, “esto no es para niños”, “vete a jugar”, «déjalo, yo lo hago» entre otros le podemos quitar toda la inspiración y alimentar sus inseguridades a un pequeño que esta explorando y les tiene como ejemplo.
Hoy queremos entregarte ideas para que puedas desarrollar y fomentar la autonomía personal de tus hijos y esa necesidad de sentirse útiles y capaces de colaborar en casa.
¿Cuáles son los beneficios de involucrar a tus pequeños en las tareas del hogar?
Cuando desde pequeños reconocen la importancia de su ayuda y colaboración en casa, esto va más allá de la acción del momento y el resultado serán habilidades para toda la vida:
- Sano desarrollo de su auto-confianza: Al terminar una tarea se da cuenta que SI puede hacerlo, que SI es capaz.
- Fomentas su capacidad de colaboración: El niño se reconoce como parte importante de un gran equipo: La Familia.
- Desarrolla su sentido de compromiso y responsabilidad: Estas son cualidades que le harán la vida más plena y productiva en su presente y en su futuro.
- Aprende sobre gestión de tiempo: Cada actividad en casa tiene un inicio y un final y esto les ayuda a entender mejor el tiempo y saber aprovecharlo.
- Desarrolla su capacidad de ordenar y planificar: y esto en la etapa adulta le dará resultados muy positivos en cada proyecto que decida emprender.
NOTA: Es importante saber que no existe una regla mágica que confirme que a determinados años se tienen que realizar ciertas tareas. Depende de muchas variables: maduración del niño, conocimientos, educación de los padres, entorno en el que vive, si es hijo único, el menor de varios hermanos. Sin embargo, si hay parámetros generales que nos indican logros que el niño puede ir obteniendo según su edad.
Antes de compartir las ideas según la edad del niño, existen 5 claves que pueden ayudarte en este proceso de permitirle a tus hijos desde temprana edad que se involucren en los quehaceres del hogar y esto te asegura que a medida de que crecen ya tendrán esto incorporado como parte de su día a día.
- ENSEÑARLES CÓMO SE HACE: recuerda que nadie nace sabiendo y es el primer paso para lograr crear buenos hábitos. Tómate el tiempo de enseñarle cómo se hace, los niños aprenden por el modelamiento de los padres. Si quieres que tu hijo recoja sus juguetes al terminar de jugar muéstrale donde debe colocarlos y de qué manera, haciéndolo tú con él a modo de juego también. Por ejemplo, ahora vamos a guardar los juegos de color rojo, ahora los amarillos, también puedes experimentar con las formas (redondos, cuadrados) o con los tamaños (los grandes, los pequeños) y quien guarda más, gana.
- ADAPTA LA TAREA A LA EDAD DE TU HIJO: es importante conocer la etapa de desarrollo de tus hijos para que la actividad este acorde con la misma. Un niño de 2 años no puede hacer lo mismo que uno de 5 años y esto debe estar muy claro.
- VÍSTETE DE PACIENCIA: Esta palabra y esta actitud es fundamental para lograr la cooperación de tus hijos en casa. Una vez enseñas cómo se hace, posiblemente tu pequeño cometa errores y debas volver a explicar con el mismo amor y paciencia de la primera vez. Funciona muy bien que al terminar tu explicación le pidas que sea el que te enseñe a ti y de esta manera te aseguras que entendió tu mensaje o preguntar abiertamente si te diste a entender o si tu pequeño tiene alguna duda.
- DILE LO BIEN QUE LO HACE: El refuerzo positivo alimenta el alma y hace posible un aprendizaje más divertido, consciente y crece en tus hijos el deseo de ayudar, de seguir aprendiendo y cooperando en el bien común del hogar.
- TEN LAS EXPECTATIVAS EN SU JUSTO LUGAR: No se trata de que tu hijo con 3 años ponga la mesa como un adulto., se trata de que sepa llevar un vaso un plato para colocarlo sobre el mantelito y listo.
Conversamos con la psicoterapeuta Infanto juvenil, Clarissa Guerrero para Madre SOS Radio y nos regala ideas según la edad.
Algunos ejemplos más concretos por edad pueden ser:
Entre dos y tres años 2-3
Las tareas que realice siempre deben estar bajo el seguimiento del adulto. Los pequeños aún no comprenden lo que hacen bien o mal y actúan de acuerdo con mandatos y prohibiciones porque todavía no tienen la capacidad de auto-control. Un niño a esta edad es capaz de:
- Colaboran con el adulto en ordenar y guardar sus juguetes, zapatillas, etc.
- Inicia a comer solo. (desde antes te empiezan a quitar la cuchara y es necesario permitirle que lo intenten)
- Poner la ropa sucia en el lugar adecuado para que después se lave.
- Ayudar a limpiar los derrames.
- Llevar la basura al cubo correspondiente.
- Limpiar el polvo (por encima).
- Regar las plantas con una regadera pequeña de juguete.
- Colocar objetos en estanterías a su nivel.
- Comienza a ayudar a vestirse.
Entre tres y cuatro años 3-4
A esta edad, el niño observa la conducta del adulto, la imita y actúa en función de los refuerzos que pueda recibir. Ya va siendo capaz de controlarse y puede tener orden en sus cosas.
- Colabora en guardar juguetes y los debe recoger.
- Puede poner algunas cosas fáciles en la mesa como el plato y los cubiertos, etc.
- Se desnuda solo y se viste con ayuda.
- Aprende a compartir las cosas y a esperar su turno.
- Muestra interés creciente por jugar con otros niños asumiendo reglas sociales.
Entre cuatro y cinco años 4-5
Sigue observando e imitando al adulto. Necesita que le guíen, pero tiene deseos de agradar y servir y, por eso, suele tener iniciativas responsables. Es importante que el adulto le permita hacerlo a su forma, aunque no sea a la perfección para lograr que la motivación lo estimule.
- Ya se le puede asignar alguna responsabilidad: poner la mesa, control de algún animal, hacer algún recado dentro del entorno familiar.
- Puede cuidar a hermanos más pequeños durante breves tiempos y con la presencia cercana del adulto.
- Debe dejar ordenados los objetos que usa.
- Es autónomo en la comida y en su cuidado personal: calzarse, lavarse e ir al baño.
- Acepta los turnos en el juego, aunque no siempre los respeta.
- Suele asociarse a dos o tres niños para jugar y entabla las primeras amistades.
- Hace la cama con la ayuda de un adulto.
- Ayuda a preparar comidas sencillas.
- Barre con una escoba acorde a su edad y altura.
- Seleccionar la ropa.
- Guardar sus libros.
Entre cinco y seis años 5-6
Ya ha aprendido bastantes conductas y aunque necesita que la persona adulta le señale lo que debe o no debe hacer, conviene presentarle posibilidades para elegir entre dos opciones. Puede ser responsable de tareas domésticas sencillas.
- Limpia el polvo
- Poner y Recoger la mesa
- Prepara su ropa para vestirse solo
- Busca lo que necesita para una actividad concreta.
- Organiza sus medias en pares y gavetas de ropa.
- Cumple encargos y recados sin que, para ello, deba cruzar la calle o lugar peligroso.
- Friega platos con super-visión de un adulto
- Juega en grupos de tres o más y sigue reglas sencillas.
- Intenta ser autónomo y puede rebelarse frente a las presiones de los adultos en asuntos como disciplina autoridad y normas sociales.
En el período de seis a siete años 6-7
Ya en esta etapa el niño es muy capaz de hacer muchas cosas, siempre y cuando previamente el adulto haya explicado las consecuencias de tareas que puedan implicar peligro y le anime a razonar por sí mismo.
- Con control y ayuda para evitar descuidos involuntarios.
- Puede y debe prepararse los materiales para realizar una actividad o alimento sencillo.
- Organiza sus gavetas y su escritorio.
- Organiza vasos limpios en los gabinetes a su alcance.
- Prepara alimentos sencillos ( sándwich, galletas con queso,etc )
- Ya puede hacer la cama solo y sin super-visión (recuerda que no va a quedar perfecta).
- Organiza su escritorio y prepara su mochila.
- Además ayuda en tareas de limpieza el hogar como barrer su habitación, quitar el polvo de los muebles.
Entre los 8-9 años
Comienza la autonomía personal y puede controlar sus impulsos, en función de sus intenciones. Es capaz de organizarse en la distribución del tiempo, del dinero y de los juegos. Todavía precisa alguna supervisión.
- Es capaz de levantarse por la mañana de forma independiente con una alarma (esto al inicio requiere un seguimiento del adulto).
- Hace la cama.
- Cuida de los animales.
- Dobla y guarda la ropa.
- Limpia los espejos, encimeras y cualquier superficie.
- Barre con mayor eficacia.
- Ayuda a fregar los platos.
- Prepara comidas sencillas sin necesidad de ayuda, pero con supervisión.
10-11 años
Ya se evidencia una gran diferencia entre las etapas anteriores. Aquí es importante que el adulto haya logrado instaurar rutinas y responsabilidades que es totalmente capaz de asumir en el hogar y su entorno.
- Limpia y organiza un dormitorio entero.
- Friega los platos.
- Prepara una comida sin ayuda.
- Cuida del jardín.
- Pone la lavadora o secadora.
- Tiende la ropa.
- Saca la basura.
- Puede supervisar a otros hermanos (solo si los padres no están disponibles).
12 años en adelante.
A esta edad un niño está entrando en la adolescencia. Por cambios de temperamento se puede sentir que haya más oposición y dejadez. Sin embargo, en cuanto a capacidades y razonamiento ya puede asumir casi todas las tareas de un adulto (ojo, sin sobre cargar ni asignar tareas que no le correspondan por responsabilidad).
Recordemos que así como nuestros hijos gozan de privilegios deben entender que todos tenemos obligaciones. Estas son destrezas muy necesarias para la vida.
Gracias a NIDO