Por:
Patricia Paulino Cuello, MA. Abogada Corporativa. Especialista en derecho inmobiliario, familia y laboral
De seguro que durante los últimos días has escuchado sobre la preocupación del UNICEF y otros organismos acerca de algunos aspectos que pretendían ser introducidos en el proyecto de Código Penal que se discute en el Congreso. Se trata del párrafo 2 del artículo 123 que buscaba consagrar que no sería considerada violencia intrafamiliar la disciplina bien aplicada por los padres sobre los hijos siempre que esta no generara tratos crueles ni daños psicológicos.
Educar a un niño/a debe ser, por mucho, la tarea de mayor responsabilidad que puede asumir ser humano alguno es por ello que como padres, debemos asumir con normalidad acceder a toda la ayuda posible para no incurrir en correcciones violentas hacia nuestros hijos. Hay que recordar que los niños/as, por pequeños que los veamos, son seres humanos en construcción y lo que puede resultar inofensivo para un adulto puede llegar a ser de extremo daño para un niño o niña, fomentemos una cultura de paz y corrección desde el amor, tal como nos gustaría que nos corrigieran a nosotros mismos, no es fácil, pero se logra.
Aunque los legisladores que componen la comisión que estudia la pieza, decidieron eliminar dicho eximente, es decir, ya no figurará en el proyecto de Código Penal, lo cierto es que abría una puerta hacia un terreno sumamente delicado donde el criterio de ¨disciplina bien aplicada¨ no quedaba claramente definido por lo que caía en una apreciación total y absolutamente de los padres o tutores del o la menor y con esto hay que tener mucho cuidado, especialmente en países como el nuestro donde desgraciadamente la violencia constituye parte prácticamente del ADN de muchos que eligen como opción primera las vías de hecho y violencia física y verbal. Hay que recordar que son muchos los niños en nuestro país que en nombre de la disciplina bien aplicada, sufren maltratos físicos, verbales y psicológicos de los cuales sólo se recuperan a base de terapia y que de manera inconsciente replican luego con sus propios hijos.