Bullying. No es solo cuestión de colegio, sino del hogar.
¿Es la escuela la responsable exclusiva de que se practique el bullying y cada día vaya en aumento?
Veamos este escenario. En casa hay dos hijos, Pedro y Luis. El más pequeño, Luis, tiene una piel más oscura, el pelo rizado y es más robusto en comparación con su hermano mayor quien es delgado, de piel clara y el pelo chorreado. Luis ya a sus cortos 8 años lleva cuatro escuchando con tono burlón a Pedro, de manera repetitiva referirse a él usando sobrenombres como -mono, idiota, gordo, pamplota, moño de alambre, imbécil- y en ocasiones cuando Pedro desata su ira a la máxima potencia le dice frases como: “Tu eres adoptado, no ves que no nos parecemos”, “Lárgate, cerdo asqueroso”. A estas burlas le agregamos una piza de intimidación, donde habitualmente Pedro empuja a Luis, lo golpea, le quita sus pertenencias, se las esconde solo con el fin de “divertirse” mientras lo mortifica y disfruta verlo desesperado y estallar en llanto para entonces dar la estocada final: “Tan marica que eres. Es por eso que tú no puedes ser mi hermano”. Todo esto pasa cuando los padres no están presentes o es ejecutado sutilmente para que no haya evidencia conclusa de que Pedro lo agrede.
Por otro lado, frecuentemente el padre de Luis le llama la atención porque el “es muy ñoño” y llora por todo – los hombre no lloran– le dice. Cuando la madre sospecha que Pedro maltrata a Luis, esta decide que debe ser castigado, pero el padre responde: Déjalo que eso es bueno, él tiene que aprender que en la vida no todo es juego y allá afuera hay muchos que lo tratarán peor. Estas respuestas nos reflejan, como muchas familias normalizan y le restan importancia a estas conductas dañinas.
Un niño que en su hogar ha sido víctima de burlas, intimidación y maltrato habitual de parte de sus hermanos y familiares puede tener consecuencias muy negativas que imputarán su salud mental y emocional. Por otro lado está la sensación de sentirse totalmente desprotegido por los adultos, quienes en vez de velar por su bienestar, de ofrecerle seguridad y un ambiente basado en respeto y amor, recibe de ellos indiferencia y malos tratos. Este niño puede ser un potencial agresor o víctima durante toda su vida. ¿Por qué?
Víctima: El niño que constantemente es maltratado tendrá una autoestima baja, estará constantemente buscando ser aceptado, amado y valorado (Lo que no obtiene en casa) y en muchas ocasiones son manipulados, abusados sexualmente, son involucrados en delitos, se dejan chantajear y/o influenciar por aquellos que aparentemente le dan lo que tanto anhelan. Además es tanto el daño que les provoca ser maltratado por las personas más significativas de tu vida que sus “alarmas” innatas de autodefensa se desactivan y por esto se convierten en blancos fáciles para los agresores.
Agresor: Por otro lado, tanto maltrato físico, emocional, verbal y psicológico hace que el niño acumule mucho resentimiento, ira, dolor, odio, deseo de venganza que eventualmente sale a flote. El niño busca como sacar todos estos sentimientos negativos y termina lastimando a otros, por ejemplo: a sus amigos del colegio, con la nana, con el perro de su casa, con hermanitos o primitos, quienes él sabe son menos “poderosos” que él. Estos niños tampoco tienen la capacidad de relacionarse con los demás con respeto, bondad, cariño y empatía pues en casa nunca tuvieron la oportunidad de vivir experiencias donde se pusieran en práctica estos valores.
Entonces, el bullying que día a día se evidencia en las escuelas no tiene realmente una raíz en los patios de recreo y aulas. Dirijamos nuestra mirada a la historia íntima y familiar de los niños, pues allí estará la respuesta a estas dos grandes interrogantes. 1. ¿Por qué mi hijo se deja abusar de los demás? 2. ¿Por qué mi hijo se comporta como un agresor? Y así, como vimos en los párrafos anteriores, un escenario muy común de las familias latinas, les aseguro hay muchos otros con matices similares que están lacerando los corazones y contaminando las mentes de nuestros niños.
Les dejo, invitándote a reflexionar y responder con la mano en tu corazón:
¿El bullying es solo una cuestión de la escuela o hay dinámicas en mi casa que debo transformar?
Por Claudia Simó
Directora de alas Formación & Apoyo
Coach de Padres, Vida y Familia
Conferencista
Tel. 809.385.0308