La alergia alimentaria es una respuesta exagerada del sistema inmune frente al contacto o consumo de algún alérgeno.
Las manifestaciones se dan a nivel digestivo, cutáneo y/o respiratorio y pueden durar horas, días o semanas. Los principales alérgenos son: la leche de vaca, el huevo, los frutos secos, el pescado, los mariscos, el trigo, la miel y algunas frutas y legumbres.
La intolerancia alimentaria es una incapacidad del sistema digestivo de metabolizar ciertas sustancias presentes en algunos alimentos, provocando dolor abdominal, distensión intestinal, diarrea, gases o flatulencia. Y sus molestos efectos sólo duran una pocas horas o un día. Las principales intolerancias son al gluten, a la lactosa, a la fructosa, a la sacarosa y a la caseína.
Para evitar o reducir el riesgo de desarrollar alergias o intolerancia alimentaria en los niños se debe ofrecer leche materna manera exclusiva los primeros 6 meses y acompañada de otros alimentos hasta los 2 años porque contiene los nutrientes necesarios para su crecimiento y sustancias especiales para desarrollar y proteger sus sistemas inmune y digestivo.
Además, se debe evitar ofrecer los principales alérgenos antes de los 2 año de edad. Es importante recordar que frente a una reacción o sospecha de alergia y/o intolerancia es importante acudir a la emergencia y seguir las indicaciones médicas personalizadas, y en lo adelante evitar el consumo y/o contacto con estos alimentos y sus derivados.
Leer la etiqueta de los productos ayuda a identificar cuales contienen algunos de estos alimentos o sustancias.