Cuando inició todo este proceso no nos percatamos que en algún momento nos tocaría salir a las calles a enfrentarnos en el diario vivir con el virus. Al inicio solo dimos la instrucción a nuestros hijos de cómo lavarse las manos y lo letal que todo esto podría ser pero… ¿ y ahora? ¿Cómo les explicamos que tenemos que exponernos sin que ellos sientan temor o ansiedad?
Los sentimientos lo más probable estén allí, es normal e incluso a veces necesario para cuidarnos. Sin embargo no podemos permitir que nos paralice, que llegue al punto de frenarnos en seguir con nuestras vidas. Esta es una excelente oportunidad para mostrarles a los niños cómo enfrentarnos a lo que tememos, a situaciones difíciles y salir con grandes destrezas de ellos.
Quiero compartir contigo algunas herramientas para poder amortiguar en nuestros niños esos sentimientos:
Tu actitud lo es todo. Lo que hagas y digas es contagioso para tus hijos y así mismo ellos van a reaccionar. Mantener un actitud positiva, alegre y de mejoría a pesar de la incertidumbre es una buena práctica para que ellos puedan asumirlo de esta manera. Todos tendremos días difíciles y esos también son válidos pero igual es importante aprender a salir de ellos.
La narrativa que les brindes puede cambiar el escenario. La forma en que hablamos es muy poderosa, sobre todo en este tiempo. Poder transmitirles que nos estamos CUIDANDO en lugar de decirles que no queremos infectarnos cambia completamente el foco de la solución al problema. Hagamos la consciencia de hablarles en lenguaje positive ante este cambio y todo lo que hacemos para que en comunidad cada vez estemos mejor.
Estar informados nos da seguiridad. Según la edad de tus hijos trata de adapta la información y proporcionarle la que sepas que le dará seguridad (fechas en que te reintegras, nuevas rutinas, personas recuperadas, países que ya van saliendo de la crisis, etc.).
Ensayar las rutinas nos permiten predecir lo que viene. Ensayar todos las rutinas en casa es algo importante sobre todo cuando tienes niños pequeños, esto les permitirá sentir normalidad en el nuevo día a día y acostumbrarse a ellas.
Escucha abierta a lo emocional. Que nuestros hijos sepan que todo lo que sientan en estos momentos es válido, sera escuchado y sostenido por sus padres es de las mejores cosas que podemos lograr en ese tiempo. Esto requiere de nosotros una escucha activa , evitando cortar la emocionalidad y proporcionando soluciones en conjunto ante sus preocupaciones e inseguridades.
Todos estamos aprendiendo a medida que esto avanza, date el permiso de no saber e irlo descubriendo en el camino. Estoy segura que esto nos dejará familias más unidas y lazos de amor que no imaginábamos podían estrecharse aun más.