¡Comienza un nuevo año escolar! Desde ya, inicia la inquietud de cómo podrás ayudar a tus hijos a que establezcan rutinas que sí funcionen, que les ayuden a lograr el potencial académico que tú sabes que pueden alcanzar. Te invito a poner en práctica las siguientes recomendaciones para que todos como familia en equipo logren alcanzar su definición familiar de éxito académico.
Crear hábitos de lectura y escritura.Desde pequeños, los niños se pueden familiarizar con estas dos actividades escolares fundamentales. Lean juntos textos de su interés de modo que la lectura forme parte de su cotidianidad. Promueve la escritura creando tarjetas de navidad, cumpleaños o de agradecimiento.
Tener un horario fijo para estudiar. Siempre es preferible que terminen su tarea temprano en la tarde ya que están menos cansados. Así tengan clases en las tardes, lo importante es que cada día tenga su hora de estudio predeterminada y evitar las distracciones.
Tener un lugar fijo de la casa para estudiar. Tranquilo, ordenado, con buena luz y ventilación, en donde tengan todo lo que necesiten y que haya alguien cerca que supervise que estén trabajando. Para que su cerebro conecte inmediatamente en ese horario y en ese lugar con el hábito de estudiar.
Usar agenda escolar para copiar las tareas y fechas de entrega. Si el colegio no la pide, cómprala tú y promueve su uso. Lleven un calendario compartido de los eventos familiares y deberes escolares, ponerlo en un lugar visible para todos. Aprender a usar estas dos herramientas para organizar su tiempo y responsabilidades, será un regalo que les durará toda la vida.
Supervisión o apoyo. Sobre todo a los más pequeños. Pueden ser los padres ola persona que trabaje en la casa. Dependiendo de la necesidad del niño o niña, esta persona se puede sentar junto a ellos o no.Si no entienden algo, se pregunta cómo recuerdan que se hace. Si no recuerdan, basta conexplicarles cómo se hace, pero NUNCA, hacerlo por ellos.
No siempre es necesario revisar las tareas, pero al hacerlo, enfatiza el esfuerzo que se hizo, más que el resultado final. En ocasiones,el mejor esfuerzo de nuestros hijos no da los mejores resultados porque todavía no han desarrollado las capacidades necesarias para que así sea. Debemos ser siempre pacientes, compasivos y amorosos, evitando siempre críticas con palabras negativas. Cuando llegan los padres del trabajo es un buen momento para conversar sobre lo aprendido en el día y de ser necesario, revisar las tareas.
Crear momentos para el ocio, el juego y el descanso. Esto da paso al desarrollo de la creatividad y explorar otros intereses. La práctica de algún deporte y actividades artísticas también son importantes. El descanso y el sueño son elementales en el desarrollo neurológico de infantes, niños y adolescentes. Todo esto influye positivamente sobre el aprendizaje.
Las rutinas y hábitos ayudan al cerebro a conectar con el momento y el lugar para realizar cada actividad. Mientras más estructurada sea la rutina, más fácil se hace para su mente conectar con la actividad que harán.
Esto es especialmente útil para niños activos, distraídos o con algún diagnóstico de dificultad cognitiva o de aprendizaje. Tener rutinas y horarios es de gran valor para cualquier ser humano y sobre todo, para niños y jóvenes que se encuentran en etapas de desarrollo neuro-cognitivo y emocional –ambas necesarias para el aprendizaje– que marcarán firmemente su adultez.