Desde antes de saber que estaba embarazada sabía la importancia de la Lactancia Materna para las madres, los bebés, las familias y la sociedad. Y desde que supe que estaba en #dulceespera tuve a firme decisión que lactaría a mi bebé el tiempo que fuera necesario. Busqué información, consulté expertos y sensibilice a mi esposo y demás familiares.
Cuando llegó el gran día, de tener a Luis Eduardo en mis brazos y mirarlo a los ojos, se despertó mi instinto de protegerlo y pedí a los médicos y enfermeras que no le dieran fórmula que yo lo amamantaría. Ese primer momento fue doloroso por la falta de práctica y por tener los pezones invertido, aun así continuamos y fue maravilloso.
Recibí apoyo de mi familia hasta que días después por mal agarre mi bebé no estaba comiendo suficiente y comenzó a bajar de peso, la inexperiencia no dejo que lo notará.
Y de inmediato comenzaron los comentarios negativos sobre mi capacidad de lactar y lo beneficioso de mi leche. Pero busqué ayuda, mejoramos la postura y el agarre y el problema se resolvió. Luis Eduardo comenzó a ganar peso de nuevo y nos amábamos más que nunca. Lo lacte exclusiva y exitosamente 6 meses y un mes y medio más complementariamente con otros alimentos hasta que él decidió dejarla. Intenté casi un mes retomarla y él no quiso. Aunque deseaba continuar respeté su decisión, ahora disfruto verlo crecer sano y feliz y escucharlo como aprende a decir mamá.